21 de febrero de 2012

@tuiteando en el reino de la Fantasía


El pequeño dragón no quería comerse la sopa.
Su mamá echaba humo: "Si no te comes todo,
vendrá una princesa y te llevará".

* * * * * *

El duende verde se escondía tras el árbol, junto 
al agujero.Cuando Alicia cayó por él,
por fin pudo ver lo que quería.

* * * * * *

La muchacha que anhelaba ser alta mordió
la seta mágica y creció dos palmos. Creía ser feliz
hasta que se enamoró del gnomo.

* * * * * *

El sultán, bostezando, se caía de sueño. 
Sherezade cerró el libro, le cubrió con una manta
y salió de puntillas, resoplando.

* * * * * *

-No lloréis- dijo el hermano mayor 
-Pulgarcito habrá dejado miguitas por el camino-.
-¿Para que nos encuentren?!!-.

* * * * * *

-El que no se termine el estofado de lobo
no tendrá postre- dijo mamá cabra 
a los 7 cabritillos.

* * * * * *

La princesa llorona, abusando de su caída de pestañas,
consiguió que el sapo la besara
y se fue con él a su charca.

* * * * * *

El lobo dormía plácidamente la siesta,
cuando los tres traviesos cerditos
se pusieron a soplar desmontándole la casa.

* * * * * *

Al salir de la lámpara, el genio vio que
quien le había invocado era su ex-novia, y volvió
adentro como un rayo intuyendo su deseo.




@microcuentos del Far West


Encargando el traje para su boda, el sastre le midió
de cabeza a pies. Sospechó que la familia de ella
no aprobaba el enlace.

* * * * * *

Nunca les gustó Nube Roja, el novio de su hija,
pero el colmo fue cuando les tomó el pelo.

* * * * * *

-No puedes morirte, Harry!- le decía su mujer.
Conmovido la miró: -¿Porque me amas?-.
-No, porque tú eres el sepulturero-.

* * * * * *

Los hombres del Sheriff rodearon la escuela.
El pequeño Johnny lloró. No entendía por qué
su madre le había llevado allí.

* * * * * *

Sally tenía el pelo tan estropeado, las puntas tan abiertas,
que fue la única superviviente del ataque
de la tribu Pantén.

* * * * * *

Jimmy decidió salir del armario. Se dirigió al Saloon,
se acercó a la barra y pidió:
"por favor, una zarzaparrilla".

* * * * * *

Era la más rápida a este lado del Pecos.
Los mataba con un pestañeo, sin llegar
a desenfundar su colt.


14 de febrero de 2012

Tweets en un cine



La película terminó... por sexta vez.
Tomó su raído abrigo y salió a la calle,
a vagar helado hasta que abrieran
el cine de nuevo.

* * * * * *

Hacía años que no veía a su padre
y ahora estaba ahí, en la pantalla.
Deseó poder decir a todos que era su hija,
pero nadie la creería.

* * * * * *

Fue al cine sola, como siempre.
Al terminar la película, un hombre 
la esperaba al pie de la escalera. 
Le ofreció su pañuelo y su brazo.


Regala sonrisas en un tweet


Cualquiera puede fingir una sonrisa,
pero sólo si la acompaña
el brillo de la mirada, nace de un corazón
y llega a otro.

* * * * * *

-Pero tú, que no tienes nada, ¿cómo sonríes siempre?-
preguntó el mendigo. -Porque cuando sonrío,
hago felices a otros que tienen mucho menos-.

* * * * * *

El sol que ven los demás emana de nosotros mismos.
Debemos romper las nubes desde dentro
para que nadie nos las vea encima.

* * * * * *

-Deja de llorar y muévete- dijo el duende,
-tenemos prohibido conceder favores
a aquellos que lamentan su derrota
antes de la batalla-.

* * * * * *

Cuando el doctor le dijo que podían quedarle
apenas unas semanas, decidió pasar su tiempo
regalando los "Te quieros" que no había dado.


13 de febrero de 2012

@microcuentos de fin de semana

Recuerdos


Descubres que los recuerdos que guardaste 
existieron solamente en tu memoria.
Y los liberas de ti. Y sin el peso que suponen, vuelas.

* * * * * *

El inventor trabajaba en su taller día y noche,
inventando lo mismo máquinas del tiempo que recuerdos
de un pasado que nunca vivió realmente.

* * * * * *

Una tarde, abrió la cajita en la que atesoraba 
sus recuerdos, y encontró entre éstos las cenizas
de los que había inventado.


Melodía


La bruja encerró en la torre al juglar, obligándole
a crear una melodía sólo para ella.
Fue tan hermosa, que al oirla lloró y le dejó ir.

* * * * * *

Dormir junto a ti, con el cielo estrellado sobre nosotros,
la arena fresca de la playa como lecho
y el romper de las olas como melodía.



7 de febrero de 2012

@microcuentos de Soledad

-¡Cómo la quieren sus hijos,
María!- dijo la monja. 
Ella, sonriendo, soltó una 
lágrima. Pasarán otros
6 meses hasta que regresen.

* * * * * *

Todos cantaron. Soplando 
las velas, cerró los ojos. 
Deseó: rodearse sólo de 
quien lo quisiera.
Abrió los ojos y estaba 
solo.



* * * * * *

-Firma aquí, mamá-. Los empleados del asilo ya estaban allí. 
María sabía que firmaba su destierro, pero eran sus niños, y firmó.


* * * * * *

Pasó todo el verano en el asilo, añorando el mar de otros años. 
Decidió morirse el 29, para fastidiarles los últimos días.

* * * * * *

Villancicos en casa de los vecinos, risas, panderetas. 
María en su sillón, sin hambre, no sabe que es Navidad. Lo ha olvidado.

* * * * * *

No recordaba los nombres de aquellos niños, pero viéndolos jugar sonreía. 
No sabía quiénes eran ni por qué le decían "te quiero abuelita".


* * * * * *


Unieron sus soledades pretendiendo así sentirse acompañados,
mas nació entre ambos el abismo de la incomunicación.


* * * * * *


Puede ser más asfixiante la soledad de quien vive
rodeado de gente, que la del pastor rodeado
sólo de animales, monte y cielo.


* * * * * *


Huyendo de la soledad dejó la montaña por la ciudad. La frialdad
de la gente y su hipocresía, le hicieron sentirse más solo.


* * * * * *


Vivía en el seno de una gran familia, en una gran ciudad.
Era relaciones públicas. Y nadie entendía
que cada noche llorara su soledad.


* * * * * *


El mantel de damasco, el centro de mesa, las copas de Bohemia, las velas, 
y un único plato de filo dorado. Feliz Nochebuena Soledad.


* * * * * *


-Ojalá que cuando esté muriendo, y los que
me abandonaron vuelen a mi lado, se enteren que
derroché su herencia en el casino-.



4 de febrero de 2012

La estatua de hielo (Cuento)

Tras la cruel guerra que asoló la comarca durante tres años llevándose a su familia, la vida en aquella casa grande y vacía se le hizo insoportable. Un buen día, tomó la decisión de alejarse de todo y empezar de nuevo en un lugar distinto, con la esperanza de borrar los recuerdos dolorosos de las voces de los suyos, cuyos ecos retumbaban cada noche en las frías paredes de la casa.
 
Cerró el taller. Miró por última vez las florecillas blancas de Edelweiss que su mujer había plantado cuando se mudaron al pueblo y se trasladó a la montaña, a unas cuántas millas de la aldea más cercana. Y construyó una pequeña casa de piedra y madera en un prado bordeado de abetos y cipreses. Cerca había un riachuelo de agua helada, el comienzo del río en el que pescara tantas veces con su hijo, unos años antes, en el valle. Al principio, el contacto con la naturaleza fue como un bálsamo para su ánimo y las jornadas pasaban veloces, ocupado en la construcción de su nuevo hogar. La noche le encontraba siempre tan cansado, que conseguía dormir unas horas, lo suficiente para seguir trabajando al día siguiente.
 
Pasó la primavera, que sembró de flores el prado en torno a la casa. Pasó el verano, que inundó de luz sus días y alegró sus siestas con el canto de los pájaros. Pero en otoño, cuando ya creía sentirse feliz en su nueva vida, comenzó a echar en falta la presencia humana. Llevaba meses sin ver pasar una camioneta ni un grupo de montañeros, ni siquiera un pastor con ovejas. Las primeras nevadas del invierno tapizaron de blanco su prado, dejando las ramas de los árboles vencidas por el peso de la nieve. El frío comenzó a colarse en su interior, y volvió a sentirse solo, más solo que nunca antes recordaba haberse sentido. Entonces, un día, decidió tallar con sus manos de artesano una estatua. No una estatua de madera como las que tantas veces había fabricado en el taller, sino una estatua de hielo que representara una hermosa mujer. Tardó cinco días en terminarla, y cuando por fin soltó el cincel y se sentó sobre la nieve a admirarla, se sintió satisfecho y feliz.
 
Cada día pasaba horas sentado junto a su estatua. Hablaba con ella, pasaba su mano por el rostro helado y le daba las buenas noches antes de acostarse. Aquella mujer de hielo se convirtió en su unica compañía, y llegó a necesitarla tanto como para levantarse ilusionado por las mañanas por salir a verla.
 
Pero llegó de nuevo la primavera, y el cielo en la montaña era cada vez más azul y luminoso. Y el sol, poco a poco, comenzó a derretir la nieve que lo cubría todo. Y un día, su mujer de hielo comenzó a llorar, deshaciéndose en un charco a sus pies. Pasó la última tarde sentado frente a ella, dejando caer por sus mejillas lágrimas saladas, mientras veía cómo su única compañera se derretía ante sus ojos, dejándolo solo, de nuevo. Vencido por el sueño y el dolor, se acostó con el corazón encogido.
 
A la mañana siguiente, pasó bastante tiempo encerrado en la casa, temeroso de salir afuera y no verla nunca más. No reunió el valor necesario hasta el mediodía. Salió despacio, se acercó al prado, al lugar donde durante meses había estado ella. El prado brillaba de un verde intenso bajo el fuerte sol de la mañana, y en el lugar donde antes estuviera su estatua, encontró la más hermosa flor de Edelweiss que nunca hubiera visto.
 
 

31 de enero de 2012

@microcuentos del Desierto



Por fin, tras la duna, la mujer de su sueño.
Cubierta de pies a cabeza, mostraba
sólo sus azules ojos.
El sueño le venció, a sus pies.

* * * * * *

Tras varias semanas, tropezó 
con una vieja tabla de madera entre la arena. 
Excavó y halló una barca. 
Era cierto! Aquí estuvo el mar!
(1)


* * * * * *


Desiertos de flores
Sembrados de olores
Petunia, narciso, clavel y jazmín
Todo es un oasis en este jardín.


* * * * * *


Desiertos de flores mima con esmero.
Cientos de colores cuida el jardinero.
Cultivando olores, pues ya se fue enero.


* * * * * *


Desiertos de flores, agua y aire fresco.
Al abrir los ojos, descubrió el engaño.
Todo fue un sueño. Sueño del náufrago de dunas.


* * * * * *


Desiertos de flores, lagunas de arena
Silencio de voces, mi mundo en tu estela.

(1) @FavstarDelDia del concurso “desierto” de @Microliteratos


@microcuentos del Océano



En medio del océano hay un islote, 
en su centro una roca, 
sobre la roca una choza. 
Sobre su techo de ramas, 
una gaviota cree estar sola.

* * * * * *

La casa que construyo en la montaña, 
se abrirá luminosa hacía el océano. 
Afuera habrá geranios. 
Dentro, no necesito nada más que TÚ.

* * * * * *

La busqué sin descanso, 
sumergido en el océano de gente 
que inundaba las calles. 
De vuelta a casa, vencido, 
ella me estaba aguardando.


* * * * * *


La tarde en que el barco de Tomás no regresó
a puerto, sus hijos cegaron la puerta
y abrieron una detrás, para no ver el mar.


21 de enero de 2012

@microcuentos de Amor y Desamor


Tras la tempestad, la calma
Tras la pasión, la desgana
Tal vez fuiste sólo un sueño
Que se fue con la mañana.


* * * * * *


El gramófono emitía una triste melodía.
Junto a su frágil cadáver, un frasco vacío
y una nota: "Ahora odiarás
aún más nuestra canción".


* * * * * *


Mi nombre en los papeles es un montón
de letras, uno de tantos.
Mi nombre en tus labios
es la más dulce melodía.

* * * * * *

Poesía en sus palabras
En sus ojos al mirarla.
Poesía entre sus manos
Cuando se acerca a tocarla.
Poesía es el amor
Cuando por miedo no calla.

* * * * * *

Hasta el fin de sus días le acompañó
la melodía que sonaba el día que le dijo
"ya no te amo".
Nunca se perdonó aquella mentira.

* * * * * *

"Si tú supieras" contestó mientras
ella lloraba su olvido. "Si tú supieras",
repitió tomando el tren que lo sacaba de su vida.

* * * * * *

Tras el Consejo, el Presidente anunció
su decisión: no enviarían más soldados armados.
Mandarían a Cupido, pues el amor
provoca más daños.

* * * * * *

-Cómo puedo saber si es amor?
preguntó la princesa herida.
-Si esto te lo hizo él, no lo era, pequeña.
El amor no maltrata-.


* * * * * *


-No podré vivir sin él-, decía. Pero pudo.
Y vivió más que nunca. Cuando él regresó,
buscando su adoración, encontró sólo una amiga.


* * * * * *


Limpió sus lágrimas saliendo de su encierro.
El mundo era más bello que antes.
Un día él regresó, pero ella ya era otra...
No le abrió.


* * * * * *


-Amar es no esperar nada- dijo él -Si esperas que yo te ame,
no sabes amar. No me sirves- dijo él, partiendo sin mirar atrás.


* * * * * *


-¿Recuerdas cuando aún nos amábamos?- preguntó.
Él arqueó las cejas al mirarla y respondió 
-¿Tú creíste de verdad que era amor?-.


* * * * * *


Me estremeces. Siempre me estremeces. 
Antes fueron tus besos, tus caricias.
Ahora es el frío hielo que se instala entre nosotros.


* * * * * *


El árbol que plantamos se ha secado. 
Nuestro gato escapó con la tormenta. Ya no nos une nada
y el silencio se instala en nuestra casa.



20 de enero de 2012

Princesas de @microcuento



La princesa del Guisante sacó un cigarrillo, 
lo puso entre sus labios y miró coqueta al caballero. 
Este, embelesado, le cazó un dragón para encenderlo.

* * * * * *

Un carnicero y un caballero se disputaron su amor. 
Ella eligió al primero, pues detestaba 
limpiar dragones recién cazados para guisarlos.

* * * * * *

Se organizó un torneo para elegir 
esposo a la princesa. Se llevó su mano 
el único caballero que perdonó 
la vida al contrincante vencido.

* * * * * *

En el salón del trono, la Princesa expresó su decisión.
Se casaría con el único pretendiente
que, en lugar de su mano, pidió su corazón.


* * * * * *


El rey murió, y nombraron sucesora a la pequeña
princesa. Cambió los ministros por niños y al ejército
por payasos. y llegó la paz.





17 de enero de 2012

Microrrelato en 3 tweets - Amor agradecido



Desplazó las nubes para que el sol 
no cegara más los ojos azules de su dama; 
las exprimió con sus manos para 
que el agua refrescara su piel.

Bajó a la playa para hacerle un collar de conchas;
subió a las cumbres para regalarle 
un Edelweiss; 
regó el desierto para plantarle un árbol.

Cuando al fin se sentó junto a ella, 
agotado, buscando su mirada, 
le dejaron tirado llevándoselo todo. 
Le quedó únicamente una buena lección.


12 de enero de 2012

@microcuentos 8 - ¿amor?


El hada, enamorada del caballero que amaba a otra,
lo hizo prisionero encadenándolo a un árbol.
Y es que las hadas, en cuestión de amor,
son casi humanas.

* * * * * *

Cuando el joven le juraba amor eterno
estalló un trueno y comenzó a llover.
El agua desdibujó su máscara
y el farsante huyó, descubierto.


* * * * * *

-Si vieras cómo me ama y me cuida, madre
-suspiraba la joven enamorada.
-Hija, lo que ama ese pobre Narciso
es tu amor por él-.

* * * * * *

Cuando me necesites, silba-,
dijo él al marchar, mientras cambiaba con disimulo
la frecuencia de su audífono.

8 de enero de 2012

Nuevo año (II)

Estos días leemos multitud de artículos y reflexiones sobre el cambio de año, entre los cuáles siempre me identifico con aquellos optimistas que hablan de nuevos propósitos y que contagian en el lector las ganas de vivir el nuevo año más a fondo que el anterior, de emprender nuevos retos y crecer a nivel personal.

Los problemas a los que nos enfrentaremos serán sin duda los mismos y alguno más -estas criaturas difícilmente disminuyen su población, son prolíficas como los ratones y en ocasiones se ensañan con quienes más las padecen-.

Por ello, la única salida que nos queda es cambiar nuestra percepción y nuestro ánimo y aprender no sólo a aceptarlos sino a enfrentarnos a ellos con buena cara y el mayor de los ánimos, siendo conscientes de que todo lo que nos sucede, absolutamente todo -lo malo, lo bueno y lo regular-, puede ayudarnos a crecer si sabemos aprovecharlo enfrentándonos a ello con uñas y dientes.

No sirve quejarse y quedarse parado en la autoconmiseración. Lo único que puede hacernos sentir un poco mejor es reunir el valor para ir afrontando cada cosa a su tiempo, en aquellos casos en que podamos hacer algo, pues siempre he creído que quien no lucha, no debería tener derecho a lamentarse. Y si un problema realmente no tiene solución, o estamos seguros de que esta no está en nuestra mano, ¿vale la pena seguir angustiándonos por ello? Yo pienso que no.

El inicio de un nuevo año es también una ocasión ideal para una profunda limpieza de armarios. Desechar todo aquello que hemos ido acumulando con el paso del tiempo y que ya no nos sirve, produce una gran satisfacción. Sensación similar a la que podemos experimentar cuando decidimos abrir los dedos para liberar el rastro de las personas que no nos permiten avanzar: los que nos dejaron olvidados en el fondo de su armario; los que en alguna época tuvimos por amigos y nos han ido dejando por el camino, a veces cuando más los necesitamos; aquellos nocivos para nuestra salud mental; los que se empeñan en mellar nuestra autoestima a base de desprecios; los envidiosos, los interesados...

El mundo está lleno de personas maravillosas e interesantes -que aparecen a menudo cuando y donde menos lo esperamos-, de sitios y cosas por descubrir. A veces, es preciso aligerar el peso de la mochila para dejar hueco en ella. Porque el camino nos reserva maravillosas sorpresas si sabemos vivirlo. Y este puede ser nuestro mejor año. Que nadie os lo amargue.

@microrrelatos - Tras la Navidad


El 24 de diciembre puso un cartel en su muro:
"estaré sola esta Navidad".
El 7 de enero, aún sin respuestas,
borró todos sus contactos.

* * * * *

El final de las primeras largas vacaciones
en Navidad es como la más dura vuelta al cole,
a la frialdad, el interés
y la hipocresía humana.

* * * * * *

Su mesa seguía vacía tras las navidades.
Nadie le echó de menos salvo el jefe.
En casa, lloraba aferrado al árbol
por el final del descanso.

* * * * * *

Se metió en la caja vacía de un juguete,
entre papeles de envoltorio arrugados,
con la esperanza de que nadie
le hiciera volver a la escuela.