En medio del océano hay un islote,
en su centro
una roca,
sobre la roca una choza.
Sobre su techo de ramas,
una gaviota cree
estar sola.
* * * * * *
La casa que construyo en la montaña,
se abrirá
luminosa hacía el océano.
Afuera habrá geranios.
Dentro, no necesito nada más
que TÚ.
* * * * * *
La busqué sin descanso,
sumergido en el océano de
gente
que inundaba las calles.
De vuelta a casa, vencido,
ella me estaba
aguardando.
* * * * * *
La tarde en que el barco de Tomás no regresó
a puerto, sus hijos cegaron la puerta
y abrieron una detrás, para no ver el mar.
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La tarde en que el barco de Tomás no regresó
a puerto, sus hijos cegaron la puerta
y abrieron una detrás, para no ver el mar.
De los tres, compa Izaskun, me quedo con el más ‘seco’ (naturalmente, el tercero). La inmensidad oceánica siempre me dio algo más que respeto…
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y buena semana.