12 de diciembre de 2011

Caminando en círculo

Un hombre desdichado decidió un día dejar su casa y salir en busca de la felicidad. Caminó sin descanso recorriendo desiertos y bosques, montañas y valles, de noche y de día. Conoció multitud de lugares maravillosos y gentes interesantes con las que compartió conversaciones, alegrías y penas, pero no quiso detener su marcha incansable.

Un día, agotado, se sentó a descansar sobre un tronco caído. Su ropa estaba ajada, sus suelas raídas, su cuerpo cansado y su piel cuarteada y tostada por el sol.

Alzó los ojos y vió su casa. Estaba ahí, tal y como la dejara dos años atrás, y su corazón saltó de alegría al atravesar la puerta. Entonces comprendió que su búsqueda había terminado, que el camino recorrido había sido un círculo, y que la felicidad sólo podía encontrarla en sí mismo.


4 comentarios:

  1. Y a partir de entonces ya no salía al mundo porque el mundo era su casa.

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  2. Muchas gracias por tu comentario, Jaume. Se agradece sinceramente. Aunque no comparta del todo tu (sabia) opinión. Porque creo que, aunque uno se sienta a gusto en su casa (su alma), nunca está de más salir al exterior y relacionarse con el mundo y sus gentes. A ver si no qué hacemos tú y yo hablando aquí. Un abrazo

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  3. Jajaja ¡Es que no es ese el sentido! Aunque tu interpretación también sea posible. Lo que quiero decir es "el hombre" ya no busca fuera porque ya no vive fuera, todo es dentro y el mundo también...por eso "el mundo (ahora) era su casa"...Es sentirse en casa en la creación y no solamente en casa....Cuando hablo contigo,hablo conmigo.

    Besitos

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  4. Hola Jaume. Sí, ahora entiendo lo de estar/sentirse en casa. Justamente le dabas el sentido contrario a lo que yo entendí, perdooooona.
    Un beso

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