5 de enero de 2012

@microcuentos 7



-¿Puedes concederme el milagro de la vida eterna?-
preguntó al genio.
-No- dijo éste -porque cuando falten tus hijos
me pedirás que te conceda la muerte-.

* * * * * *

Un monje recorrió el mundo buscando un hacedor de milagros.
A su vuelta a casa, mirando a la mujer que le dio la vida,
supo que lo había encontrado.

* * * * * *

Un día, construyó una torre con todas las escaleras que pudo conseguir. Trepó y trepó por ella y, alargando los dedos, alcanzó su sueño. 

* * * * * *

El hombre sin amor descubrió el espejo. Se sorprendió de su belleza y se quiso. Y ese día, otras gentes comenzaron a quererle. 

  

3 de enero de 2012

@microcuentos 6 - En algún lugar...



En algún lugar del corazón debe quedarme el recuerdo
del tiempo en que te amé,
sepultado por una tonelada de indiferencia

* * * * * *

En algún lugar, cuando creas que te has librado de mi recuerdo,
volveremos a encontrarnos y descubrirás que nunca salí de allí.

* * * * * *

En algún lugar, alguien que te dijo que no podría vivir sin ti
sigue vivo.
Hace años que ni siquiera recuerda tu nombre.

* * * * * *

En algún lugar del mar flota una botella con un mensaje:
el "te quiero" que no me atreví a decirte antes de dejarte.

* * * * * *

En algún lugar al que aún no he llegado,
existe alguien que lleva esperando por mí toda su vida.
No iré. No quiero decepcionarlo.

* * * * * *

En algún lugar de mis sueños hay un mundo mejor,
donde el amor se da gratis, la amistad no defrauda
y el hombre no teme llorar.


* * * * * *


En algún lugar, dicen los idealistas,
existe alguien capaz de amar, sin egoismo ni interés,
y no es madre.Pero nadie le conoce.



31 de diciembre de 2011

Vive

Un muchacho se encontraba apoyado tras el tronco de un árbol, observando sin ser visto a una joven hermosa que cuidaba las flores de un jardín. No era la primera vez que él lo veía así, siempre escondido y siempre mirándola a ella. Se acercó por detrás y le tocó el hombro.

-Muchacho- le dijo, -si yo tuviera tu juventud, no dejaría escapar la vida mirándola desde lejos. Lucha por lo que deseas, arriésgate, vive-. 

El hombre siguió su camino y llegó al puerto. Se sentó sobre un banco de piedra y se puso a mirar los barcos de pesca atracados, con sus cubiertas pintadas de azul y rojo y sus redes plegadas. Entonces, un anciano que paseaba por la orilla se sentó a su lado y le dijo: 

- Si yo tuviera tu juventud, no me quedaría ahí sentado viendo cómo se me escapa la vida. Haría todo lo posible por realizar mi sueño, pues nadie lo hará por ti-.

El anciano se levantó y siguió su camino. Una semana más tarde, en el nuevo año, el hombre se hizo a la mar. De pie en la proa de un pequeño barco pesquero, miraba ilusionado al horizonte, sonriendo feliz mientras la brisa le golpeaba el rostro inundándolo de gotas minúsculas de agua.