El hada, enamorada del caballero que amaba a otra,
lo hizo prisionero encadenándolo a un árbol.
Y es que las hadas, en cuestión de amor,
son casi humanas.
* * * * * *
Cuando el joven le juraba amor eterno
estalló un trueno y comenzó a llover.
El agua desdibujó su máscara
y el farsante huyó, descubierto.
* * * * * *
-Si vieras cómo me ama y me cuida, madre
-suspiraba la joven enamorada.
-Hija, lo que ama ese pobre Narciso
es tu amor por él-.
Cuando me necesites, silba-,
* * * * * *
Cuando me necesites, silba-,
dijo él al marchar, mientras cambiaba con disimulo
la frecuencia de su audífono.